Un comedor de Villa Gobernador Gálvez pide ayuda para sostenerse y juntar útiles escolares
Funciona en barrio El Ocho hace ocho años sin ningún tipo de apoyo. En una zona con problemas de agua, luz y calles intransitables, buscan donaciones de alimentos y útiles para los chicos.

En el barrio El Ocho de Villa Gobernador Gálvez, donde faltan los servicios básicos y sobra la necesidad, Verónica y un grupo de colaboradoras sostienen a pulmón el comedor y merendero Corazón Abierto. Desde hace ocho años, cocinan y asisten a las familias de la zona, que viven en viviendas precarias, entre calles de tierra, sin agua corriente y con un tendido eléctrico deficiente.
Cada lunes, martes y viernes, el comedor abre sus puertas para servir la copa de leche y, cuando se puede, viandas de comida. Todo se hace con las pocas donaciones que reciben y el dinero que sale del bolsillo de Verónica, ya que el espacio no cuenta con apoyo del Estado. “Esto se mantiene con lo que la gente nos dona, no tenemos ayuda del gobierno. Es todo a pulmón y con la gente que se suma, que cada vez son menos. Con lo poco que hay, siempre tratamos de hacer lo que se puede”, contó.
Un barrio sin agua, con luz precaria y calles intransitables
El comedor funciona en el Pasaje Bequer, a metros de Cachamay y detrás del barrio Fonavi, en una zona donde el agua es un problema de todos los días. Aunque hay cañerías, el suministro no llega con presión y los vecinos dependen de tanques comunitarios o de caminar cuadras enteras con baldes. Para el comedor, esto dificulta la preparación de la comida y la merienda, ya que el agua es fundamental para todo lo que hacen.

El tendido eléctrico también es precario. Hay cables enganchados y la tensión es inestable, lo que genera cortes constantes y quema de electrodomésticos. “Nos ha pasado varias veces que se nos quemaron cosas y después es difícil volver a conseguirlas”, relataron los vecinos.

Las calles son de tierra y sin mantenimiento, por lo que cada vez que llueve se convierten en un barrial imposible de transitar. Al no haber zanjas ni desagües, el agua se acumula y hace que muchos chicos falten a la escuela porque no pueden salir de sus casas. A eso se suman los pastizales crecidos, que generan foco de mosquitos y otros bichos, un problema en plena temporada de dengue.

Juntan útiles escolares para los chicos del barrio
Con el inicio de clases cada vez más cerca, muchas familias no tienen cómo comprar los útiles. Por eso, Corazón Abierto lanzó una colecta de mochilas, cuadernos, carpetas, lápices y otros materiales escolares. “Acá hay mamás con cinco chicos, que si compran los útiles, no comen. Los precios están altísimos y no todos pueden acceder a lo que necesitan para empezar las clases”, explicó Verónica.
Para colaborar, se puede contactar al 341 387-5145 o acercarse a Rafael Obligado y Pasaje Bequer, en Villa Gobernador Gálvez. También reciben alimentos y ropa en buen estado para seguir asistiendo a las familias que más lo necesitan.