“Me llaman Calle”: jóvenes rosarinos que llevan comida y contención a personas en situación de calle
La asociación civil cumple cuatro años de recorridas solidarias en Rosario. Tres veces por semana, más de 100 jóvenes cocinan en ollas populares y salen a repartir viandas en distintos puntos del centro. Además de la comida, brindan escucha y un vínculo humano que se repite semana a semana.

Un grupo de jóvenes rosarinos decidió hace cuatro años organizarse para acompañar a las personas que viven en situación de calle. Así nació “Me llaman Calle”, una asociación civil que reúne a más de 100 voluntarios y que, cada lunes, jueves y domingo, prepara ollas populares para luego salir a recorrer las calles del centro de Rosario con el objetivo de ofrecer no solo un plato caliente, sino también un espacio de contención y escucha.
Los días jueves y domingos, los jóvenes se encuentran en un espacio prestado ubicado en Dorrego y Tucumán, donde cocinan grandes ollas de guisos o pastas que luego cargan en un carrito para iniciar el recorrido. El circuito se extiende desde Tucumán hasta Oroño, de Oroño a Córdoba y de Córdoba a Maipú y Rioja.
En tanto, los lunes, la cocina se realiza en el Club Gimnasia y Esgrima, en el Parque Independencia, y la distribución comienza en Plaza San Martín, desde donde las viandas se reparten en dos recorridos: uno que avanza por Córdoba hasta Rioja y Maipú, y otro que va hacia Oroño, el río y Mitre.
“Los chicos de la calle ya saben el lugar y el horario, porque nunca dejamos de salir, ni con lluvia ni con frío. Para muchos, nuestra visita es una certeza en medio de la incertidumbre”, contó Ximena, una de las colaboradoras de la asociación.

Además de la entrega de alimentos, los integrantes de “Me llaman Calle” destacan la importancia de compartir un rato con quienes atraviesan el día a día en la calle. “No es solo dar una vianda. También nos detenemos a escucharlos, a charlar, a mirarlos a los ojos y aprendernos sus nombres. Los vemos tres veces por semana y ya forman parte de nuestra vida”, agregó.
La labor de la asociación se sostiene exclusivamente gracias a la solidaridad de quienes colaboran con donaciones. Los productos más necesarios son fideos cortos y largos, arroz, puré de tomate y sal, aunque también se reciben otros alimentos que permitan completar las comidas. “Siempre apelamos a que nos donen lo que realmente necesitamos para llenar las ollas. Cada paquete suma”, explicó Ximena.
“Me llaman Calle” no cuenta con un espacio físico propio, pero se pueden realizar donaciones y acercar ayuda a través de Instagram (@mellamancalleorg), donde también comparten las actividades y recorridas.
“Es un trabajo de corazón. Sabemos que no alcanza para resolver el problema de fondo, pero sí logramos acompañar y sostener un vínculo humano. Ellos esperan nuestra llegada y nosotros también esperamos el encuentro con ellos”, concluyó la voluntaria.