Un brazo que vuela: la historia de superación de Lucas Martínez, el joven de Villa Gobernador Gálvez que busca llegar más lejos
A sus 16 años, Lucas entrena en Rosario para lanzar la jabalina mientras enfrenta enormes desafíos personales y económicos. Su próximo objetivo es el Provincial en San Guillermo, pero necesita ayuda para llegar.

La jabalina vuela como una flecha en el aire, y detrás de ella, toda una historia de fuerza y superación. Lucas Martínez tiene apenas 16 años, pero su vida ya carga con un peso que pocos soportarían. Oriundo de Villa Gobernador Gálvez, criado por su abuela tras perder a su mamá durante la pandemia, encontró en el deporte no solo una pasión, sino también un camino para salir adelante.
Empezó en 2022, casi por casualidad, en una clase de educación física en la Escuela N°1281 “Cecilia Grierson”. “Los profes vieron que tenía fuerza en el brazo”, recuerda Lucas, tímido pero firme en cada palabra. Desde entonces, su trayectoria fue meteórica: ganó el departamental, luego el rosarino, y terminó compitiendo en Santa Fe, enfrentándose a rivales federados, con más experiencia y recursos. Allí, aunque quedó sexto, plantó la semilla de un futuro prometedor.
Hoy entrena en el Club Provincial de Rosario, adonde llega después de tomarse dos colectivos de ida y dos de vuelta. “Me gusta la técnica de la jabalina”, cuenta. “No es solo fuerza, es todo técnica. Eso es lo que más me atrapa”.
Lucas lanza con una jabalina de 800 gramos, la más pesada de su categoría, alcanzando marcas cercanas a los 37 metros. El sábado 19 de abril volvió a coronarse campeón en su categoría y ya tiene fecha para su próximo desafío: el 3 de mayo competirá en San Guillermo, una localidad a más de 400 kilómetros de su hogar.

Pero el talento no siempre alcanza. Para poder viajar, Lucas necesita ayuda económica. Sin sponsors ni apoyo fijo, su abuela Marta —que lo cría junto a sus otros dos nietos— hace lo imposible para sostener su sueño. “Me quedaron tres chicos a cargo cuando falleció mi hija. Fue muy duro, pero ver a Lucas ahora me llena de orgullo”, dice Marta, con la voz cargada de emoción.
No fue fácil: Lucas pasó de noches perdidas en la calle a días enteros de escuela, entrenamiento y esfuerzo. “Sale de la escuela, come algo rápido y se va a entrenar. Lunes, miércoles y viernes son así”, relata su abuela. Cada pequeño logro, cada jabalina que surca el cielo, lleva detrás horas de viaje, sacrificio y sueños intactos.
“Yo sé que mi mamá está conmigo, y mi abuela siempre me acompaña en todo”, le confesó Lucas a rosarioInfo.com. Su motor no es solo el deporte: es el amor, la contención y las ganas de superarse, de honrar a su mamá y de agradecerle a esa abuela que nunca soltó su mano.
Hoy, Lucas y Marta piden una mano solidaria. Quienes deseen colaborar para que Lucas pueda competir en el Provincial pueden comunicarse al número de su abuela al 341 602-4403 donde allí se podrá para el alias.
Porque detrás de cada vuelo de jabalina, hay un sueño que también quiere volar.